¡Hjckrrh!, el nombre elegido para nuestro proyecto remite de modo directo a Alicia en el país de las maravillas, una obra que consideramos como una apología de la curiosidad y la exploración. La tradición en castellano —y en otras lenguas— ha convertido la tierra del título original en un «país de las maravillas». La fuerza de esa traducción contribuye a ocultar a los lectores hispanohablantes y —a otros en situación parecida— que la wonderland inglesa, la palabra que describe el país que Alicia visita, puede igualmente leerse de otro modo. Y de un modo «otro» que, en realidad, trastoca por completo las categorías interpretativas, puesto que se fundamenta en un curioso desplazamiento desde el objeto hasta el sujeto: la tierra que recorre Alicia no es sólo una «tierra de maravillas»; sino, de modo más importante, una «tierra del preguntarse». A lo largo de todo su camino, Alicia no deja de interrogarse a sí misma y de interrogar a otros. Así, el viaje que realiza es al mismo tiempo exterior e interior.
Esa misma curiosidad nos ha llevado al terreno de lo digital y, alicianos fervientes, hemos querido rendir tributo a la curiosidad de la niña que se atrevió a explorar paisajes desconocidos llenos de encuentros asombrosos eligiendo para nuestra aventura editorial un nombre extraído de la obra protagonizada por ella: ¡Hjckrrh! La exclamación del Grifo en el capítulo IX de libro cumple ese propósito de homenaje nominal, pero también replica en nuestros lectores la perplejidad misma y el deseo de saber que mueve a Alicia en sus exploraciones.
Quienes se encuentren por primera vez con nuestro nombre no podrán dejar de preguntarse al menos dos cosas: primero, ¿qué significa? y, luego, ¿cómo demonios se pronuncia? O quizás, al revés. Y resultaría curioso, dicho sea de paso, preguntarse por qué una interrogación aparece antes que la otra, puesto que eso no dejaría de ser, en el fondo, una interrogación sobre el propio lenguaje.
En cualquier caso, con objeto de intentar satisfacer las curiosidades, ofrecemos en este enlace una explicación posible del nombre. Ahora bien, si nuestros lectores —y es una eventualidad que no cabe descartar— no quedan satisfechos, los invitamos a enfrentarse de modo decidido a la perplejidad y a enviarnos ellos mismos las respuestas al interrogante: ¿qué demonios significa «¡hjckrrh!»?