Entrevista a Celia Filipetto, traductora de Berecche y la guerra, realizada en el marco del proyecto de investigación Digital Translations in the Making: Hong Kong Contemporary Fiction in Spanish financiado por el Comité de Becas Universitarias de Hong Kong. En dicho proyecto participan Maialen Marin-Lacarta (Hong Kong Baptist University), Mireia Vargas-Urpi (Universitat Pompeu Fabra) e Iris Capilla Campomar (Hong Kong Baptist University), responsables. La entrevista se hizo en persona en mayo del 2016.
Celia Filipetto es licenciada en Traducción e Interpretación por la Universidad de Granada y traductora pública de inglés por la Universidad de Buenos Aires. Entre otros, ha vertido al castellano a Gilbert K. Chesterton, Maurizio de Giovanni, Elena Ferrante, Natalia Ginzburg, Ring Lardner, Nicolás Maquiavelo, Flannery O’Connor, Seumas O’Kelly, Dorothy Parker, Luigi Pirandello, Robert L. Stevenson, James Thurber y Mark Twain. Ha colaborado como traductora con el periódico La Vanguardia de Barcelona, y con las publicaciones electrónicas The Barcelona Review y Saltana. Ha dado clases prácticas de traducción en la Universidad Autónoma de Barcelona y la Universidad de Málaga y talleres en las Jornadas en torno a la traducción literaria de Tarazona y El ojo de Polisemo en la Universidad de Salamanca. En 2015, su versión de Las deudas del cuerpo, de Elena Ferrante, obtuvo el X Premio Esther Benítez. En 2016, su versión de La niña perdida, de Elena Ferrante, mereció el XIX Premio de Traducción Ángel Crespo.
¿Cómo empezaste en el mundo de la traducción?
Empecé a traducir en 1979. El primer libro que traduje era de divulgación científica sobre la interpretación de los sueños para Ediciones Martínez Roca. Durante unos diez años traduje libros de ese estilo, además de alguna novela policiaca de vez en cuando hasta que la desaparecida editorial Versal me encargó la traducción de varios textos de Dorothy Parker. A partir de ahí, cambió un poco el estilo de encargos que he ido teniendo. Y así he ido trabajando, un libro detrás de otro, hasta hoy.
¿Para qué editoriales has traducido?
He trabajado tanto para grandes grupos editoriales como para editoriales medianas y pequeñas: Martínez Roca, Versal, Acantilado, también traduje para la división de cómics de Planeta DeAgostini y para sellos como Lumen y Mondadori —de Penguin Random House Grupo Editorial—, para Sajalín, que es una editorial pequeña, para Combel, para Bambú…
¿Y cómo empezaste a colaborar con ¡Hjckrrh!?
A través de Juan Gabriel López Guix, a quien conozco desde hace muchos años, y es uno de los traductores que lleva estas publicaciones digitales. Cuando surgió el proyecto de traducciones de cuentos de la Primera Guerra Mundial, me propuso participar.
Así que durante una temporada buscamos textos en italiano que estuvieran libres de derechos de autor. Al final nos decantamos por Pirandello. Encontramos este cuento suyo, Berecche y la guerra, que es extraordinario y refleja la guerra desde la perspectiva de un hombre maduro, y nos pareció que podía encajar.
¿Cómo viviste el proceso de traducción? ¿Encontraste alguna dificultad?
Fue un encargo que pude llevar a cabo a mi aire, con tranquilidad y sin ninguna presión en la entrega.
De todos modos, me dio bastante trabajo porque hay una parte histórica para la que tuve que investigar bastante. En un momento del cuento Berecche y sus amigos mencionan un conflicto anterior en el que había participado el Imperio austrohúngaro y explican las batallas con banderitas sobre un mapa; tuve que buscar cómo fue el movimiento de tropas de esta guerra para poder reproducir el texto en castellano. Por suerte hay mucho material en Internet, y creo que más o menos salí airosa.
También recuerdo cierta dificultad al traducir los recipientes en los que se sirve la cerveza. En el original aparecía el «chopp», que en alemán es una jarra de cristal facetado y con asa; en Argentina existe el «chop», adaptación del término alemán, pero en España no se utiliza. Después de comentarlo decidimos dejar el término en alemán.
¿Cómo recuerdas el proceso de revisión de este cuento?
Hubo un proceso de corrección bastante largo. La primera lectura de la traducción la hizo Gabriel y la comentamos; luego, el borrador de esta traducción lo leyeron también Soledad Galilea y Patricia Nigro, una ex compañera mía de estudios. Por ese lado llegaron más comentarios. Está bien que alguien no implicado en la traducción la lea, me fío del criterio de lectores como Patricia y Soledad cuando te señalan algún pasaje que puede dar lugar a confusión o que no ha quedado del todo perfilado. Luego hicimos otras lecturas. No me acuerdo de cuántas fueron en total, pero desde luego que bastantes más de las que se suelen hacer en un encargo habitual de traducción de libros.
Como ya he comentado, las palabras que figuraban en alemán en el texto italiano, quedaron en alemán en la traducción. Se hizo una comprobación de la ortografía y se subsanaron algunas erratas que encontramos.
En textos en los que no hay prisa por entregar, como en el caso de los publicados en ¡Hjckrrh!, se puede afinar mucho, porque cuando surge alguna duda o posibilidad de mejora, siempre se pueden comentar, dejar reposar el texto hasta que se te ocurre una solución mejor.
El hecho de que esta traducción fuera para publicarse directamente como libro electrónico, ¿hizo que tu forma de trabajar fuera distinta?
No, yo no veo ninguna diferencia en la forma de trabajar en función del formato en que vaya a publicarse el libro después.
Berecche y la guerra incluye un prólogo, ¿lo hiciste tú?
El prólogo es de Miquel Edo, que es un gran conocedor de la literatura italiana.
¿Qué nos puedes decir del diseño de la portada?
Marc Valls es el diseñador de ¡Hjckrrh! y entre él y Gabriel eligen las imágenes y realizan el diseño.
¿Te implicaste de algún modo en la difusión del cuento cuando se publicó traducción?
Lo publiqué en mi muro de Facebook y cuando salió en ¡Hjckrrh!, compartí el enlace y lo añadí a mi currículo, también lo puse en mi página web.
Aparte de traducir este cuento, también has participado en lecturas de pruebas de traducciones de ¡Hjckrrh!
Sí, por ejemplo en Viaje a Faremido del escritor húngaro Frigyes Karinthy. En este caso, de la traducción se encargaron dos traductores, yo hice una primera lectura en la que introduje correcciones de estilo, no de traducción, porque no sé húngaro.
También hice una lectura de la versión ya corregida de Tres soliloquios de Mark Twain. La traducción es de Gabriel. Me limité a marcar algún pasaje donde a mí me parecía que el texto no fluía, cotejaba con el inglés y si se me ocurría alguna propuesta la anotaba.
Y por último El miedo de Federico de Roberto, que tradujo David Paradela. Hice algún comentario sobre matices del original en italiano. En mi opinión, las soluciones que propuso David Paradela para resolver las variedades dialectales usadas por el autor eran acertadas, aunque parece que él ahora no está tan de acuerdo con algunas de las que utilizó. Nos suele pasar a todos los traductores. Sigo sosteniendo que hay que leer El miedo en clave de experimento o de propuesta original porque lo más fácil es siempre planchar el texto, pero eso no hace justicia al escritor.
¿Qué tal tu experiencia en la colaboración con ¡Hjckrrh!?
La colaboración con ¡Hjckrrh! permite múltiples revisiones porque no hay una fecha de edición preestablecida. En cuanto a la proximidad con los implicados en la edición del texto traducido, la forma de trabajar de ¡Hjckrrh! se asemeja bastante a la de las pequeñas editoriales. Hay un mayor contacto y más diálogo entre editor, corrector y traductor, lo que siempre redunda en beneficio del resultado final.
Y la última pregunta, ¿qué te motivó a ti, que tienes ya tanto trabajo, a lanzarte a un proyecto así?
Por probar otros medios de publicar traducciones. Como ya he dicho, se traduce igual, pero los procedimientos anteriores y posteriores a la traducción en sí son un tanto diferentes.
Además, nunca había traducido a este autor. Había visto obras de Pirandello representadas en el teatro, pero no había leído nada suyo, así que fue el pretexto para descubrir varios cuentos más de Pirandello y leer su novela Il fu Mattia Pascal y un par de obras más. De hecho, traduje después otro cuento de Pirandello que salió en una antología de Alba Editorial, Cuentos de Navidad, que dirigió Marta Salís.
Nota de ¡Hjckrrh!
En relación con el número de revisiones realizadas antes de llegar a una versión definitiva del cuento Berecche y la guerra, la consulta a los archivos hjckrrhianos permite constatar la existencia de un último archivo con el nombre 06a_Berecche.
Otras declaraciones de Celia Filipetto
Celia Filipetto también participa en la campaña #AutoresInvisibles puesta en marcha con motivo del Día Internacional de la Traducción por el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte con el objetivo de dar mayor visibilidad a la labor del traductor profesional y su papel como mediador cultural. La campaña cuenta con la colaboración de la Sección Autónoma de Traductores de la Asociación Colegial de Escritores de España (ACEtt).